Wednesday, January 27, 2010

Haití quiere un Gobierno fuerte para la recuperación


La imagen del presidente Préval empeora tras el seísmo


Ahora, 14 días después del terremoto,
el presidente de Haití ha
anunciado que trasladará su oficina
desde la comisaría cercana al
aeropuerto, donde se encuentra,
hasta las ruinas del palacio presidencial.
Y lo hará como un detalle
de solidaridad con el pueblo haitiano.
Pero el gesto parece demasiado
pequeño y llega demasiado
tarde para muchos de sus compatriotas.
“René Préval está aún como
en estado de conmoción”, señala
la analista estadounidense Amy
Wilentz, autora de un libro sobre
la historia reciente del país. “Sólo
atiende entrevistas de medios extranjeros
y cuando hablas con él
parece ausente. Aún no se ha presentado
en las zonas más dañadas
o en los campamentos. Esto
ha sobrepasado su capacidad como
político. Ahora mismo debería
estar infundiendo esperanza
en la gente. Pero tal vez no la tenga
ni él mismo. Casi más importante
que lo que pueda arreglar
es que dé la impresión de que puede
arreglar algo”.
La única persona que podría
sacar este país adelante, según el
criterio de diversos analistas extranjeros,
es la ex primera ministra
Michèle Duvivier Pierre-Louis.
“Ella tiene la formación económica
suficiente, es amiga de los
Clinton y de George Soros y conoce
muy bien el país y las necesidades
de su gente. Por eso la echaron
del Gobierno, porque era una
amenaza para la continuidad de
Préval”, añade Wilentz.
En las calles tampoco se aprecia
demasiada confianza en el liderazgo
del presidente. “Antes
del terremoto Préval solía contestar
a muchas preguntas lavándose
las manos y diciendo que no
sabía nada. ¿Cómo puede decir
eso un presidente? Parecía que estaba
ahí para dar consejos en lugar
de hacer cosas. Y encima, consiguió
que se destituyera a la primera
ministra, que era la persona
más honesta del Gobierno”, señala
Cliford Denis, informático de
26 años que ha perdido al padre y
a la hermana en el seísmo.
Préval fue el único jefe de Estado
elegido democráticamente
que logró terminar su mandato,
durante su primera presidencia,
entre 1996 y 2001. Por eso, hasta
quienes lo acusan de pusilánime
y de indeciso, le reconocen cierto
mérito en haber hecho de Haití
un país más estable. En 2006 fue
reelegido con el 51% de los votos.
Pero desde entonces, su imagen
se ha ido erosionando.
El punto de inflexión antes del
terremoto fue la destitución de
Duvivier Pierre-Louis, de 61 años.
Ambos eran amigos y propietarios
conjuntos de una panadería.
Pero el Senado convocó al cabo
de un año una votación para solicitar
la destitución de la primera
ministra alegando, por un lado,
que no había hecho nada para paliar
la miseria y por otro, que no
había justificado el gasto de 195
millones de dólares (138 millones
de euros). “Eso fue una auténtica
calumnia”, comenta Maurice
Prosper, alcalde del distrito de
Pétion Ville en Puerto Príncipe entre
2004 y 2007. “Esa mujer antes
de entrar en el Gobierno ya gestionó
millones de dólares en su ONG
para temas de educación. Y después,
manejó los asuntos públicos
de manera profesional y con
cierta transparencia. Y digo ‘cierta’
porque nunca le dejaron ser
todo lo transparente que quería”.
Haití quiere un Gobierno
fuerte para la recuperación
La imagen del presidente Préval empeora tras el seísmo
Decenas de haitianos hacen cola
en una comisaría de Cité Soleil
(Puerto Príncipe) para conseguir
comida.